Una señora muy pobre telefoneó a un programa cristiano de radio pidiendo ayuda, pues no tenía nada que comer. Un brujo del mal que por casualidad oía el programa consiguió su dirección, llamó a sus secretarios y ordenó que compraran alimentos y los llevaran hacia la mujer, con la siguiente instrucción:
-Cuando ella pregunte quien mandó estos alimentos, respondan que fue el DIABLO
Cuando llegaron a la casa, la mujer los recibió con alegría y fue inmediatamente guardando los alimentos que le llevaron los secretarios del brujo. Al ver que ella no preguntaba nada, ellos le preguntaron:
-¿Señora no quiere saber quién le envió estas cosas?
La mujer, en la simplicidad de la fe, respondió:
- No, hijito... No es preciso. Cuando Dios manda, hasta el diablo obedece!
Matiss-Mexico D.F.
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