En cada reunión después del mediodía se les da de comer a los hermanos. Cierto hermano como veía y oía que cada hermano que terminaba de comer decía un Salmo, y éste no sabiéndose ninguno decía: “Barriga llena y corazón contento, Salmo 500". I. I. A., Veracruz, San Andrés, México
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