¡Si queremos progresar y madurar espiritualmente, tiene que progresar nuestro amor!
¡El amor es lo más importante! (1 Corintios 13) En realidad, el propósito de la vida es amar a Dios y a los demás. Esto no sólo conlleva ganar a los perdidos que están lejos de nosotros, ¡sino también conquistar a nuestros hermanos aquí mismo! ¡La razón de todo es el amor!
Hasta cierto punto tenemos una relación directa entre nosotros y el Señor, como la alabanza, la oración y la obediencia; pero mayormente estamos relacionados de modo personal con los demás, y lo principal que debemos aprender es a amarnos unos a otros. ¡Si todavía no sabemos trabajar con los demás, ni amarlos, ni tratarlos, estamos pasando por alto la razón principal de nuestra presencia aquí!
No avanzaremos ni aprenderemos gran cosa a menos que aprendamos a relacionarnos con los demás mediante el amor, lo cual no es siempre fácil, pues requiere paciencia, amor y humildad. El Señor nos dio la solución cuando dijo: "Todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos" (Mateo 7:12). Demanda mucho aprendizaje poder llevar eso a cabo, ¡y también mucho amor! ¡Pero para aprenderlo es que estamos aquí!
¿Quieres progresar? ¡Pues entonces ama!
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Porque de Él, y por Él, y para Él, son todas las cosas. A JESUCRISTO sea toda Gloria, Honra y Honor, por los siglos de los siglos.
¿Amén?
Anonimo
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